Sólo podremos dejar de producir plástico cuando finalmente dejemos de utilizarlo. El mundo se ha vuelto tan dependiente de los plásticos, que ahora nos enfrentamos a un problema global cuando se trata de la eliminación adecuada de los residuos. Deshacerse del plástico parece imposible, pero aún podría haber una forma de hacerlo.
Si nos preguntamos cómo podemos reducir el uso del plástico en nuestra vida cotidiana, llegaremos muy lejos.
El uso del plástico es un problema mundial.
Lo utilizamos en todas partes: bolsas de la compra, bolsas de la basura, platos, vasos, artículos para fiestas, y la lista es interminable. Los fabricantes de plástico han encontrado tantos usos para este material que se ha convertido en un elemento básico en cualquier hogar. Es barato y duradero, pero la comodidad que nos proporciona ha pasado factura a la Madre Tierra. Cada vez más gente se da cuenta de lo grave que puede ser la situación si nunca dejamos de usar el plástico, y por eso también se descubren cada vez más formas de reducir de alguna manera los estragos que está causando en la Tierra.
¿Por qué no dejamos de producir plástico?
La razón por la que se sigue produciendo plástico en una época en la que cada vez más organizaciones renuncian a utilizarlo es sencilla: una gran parte del estilo de vida moderno depende de él. Restaurantes, centros comerciales, tiendas de delicatessen, fábricas, supermercados; todos utilizan plástico. Incluso el agua que bebemos está envasada en botellas de plástico de un solo uso.
El acelerado mundo actual depende mucho del plástico porque es fácil de conseguir. Además, cuestan menos y pueden conseguirse más baratos que las bolsas de papel, por ejemplo. Se ha convertido en un modo de vida tan habitual que nos cuesta desprendernos de él. Pensamos en el reciclaje como una tarea adicional de la que es mejor prescindir, sin pensar en el impacto que podría tener en nuestras vidas a mayor escala.
Por ejemplo, ¿por qué elegimos comprar agua embotellada en lugar de llevar un vaso reutilizable? Por comodidad. Vemos el vaso como un equipaje añadido, cuando podemos comprar agua embotellada en cualquier sitio. Pensamos que es "sólo una botella". Imagina que millones de personas en todo el mundo piensan lo mismo, y ya tienes millones de botellas que no caben en los vertederos. ¿Dónde acaban? En nuestros océanos, contaminando el ecosistema marino.
Pero, ¿y si, por alguna razón, no puedes dejar de beber agua embotellada?
¿Cuál es la forma adecuada de reciclar las botellas de plástico?
Por mucho que queramos salvar la Tierra, también intentamos tener en cuenta las razones de la gente para hacer las cosas a su manera. En el caso de las botellas de agua y de no usar vasos reutilizables, lo menos que podemos hacer es asegurarnos de que hacemos todo lo posible por reciclar. De este modo, no contribuimos al enorme problema de los residuos. Considéralo un pequeño paso hacia un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente.
Para reciclar correctamente las botellas de agua, es importante volver a poner el tapón cuando se termine su contenido. También es imprescindible aplastar la botella y asegurarse de que no quede aire dentro de ella, para que no ocupe demasiado espacio en el cubo de la basura.
Dado que intentamos minimizar los problemas de la basura, tirar la botella de agua envuelta en una bolsa de plástico es un gran no-no. También es mejor deshacerse del envoltorio de película de plástico que rodea la botella, para que se recicle más fácilmente.
¿Qué porcentaje de plástico se recicla?
Se reciclan apenas 8,4% de plástico.
Estamos hablando de 3,0 millones de toneladas de basura de plástico, y solo ese pequeño porcentaje se recicla. Esas enormes cifras son de datos de 2017. Estamos en 2020, naturalmente, el número de basura de plástico que los humanos consumen aumenta cada día. Si no nos comprometemos a reciclar los productos de plástico, nos espera un reto medioambiental más alarmante en un futuro próximo.
Las botellas de agua son uno de los productos de plástico más utilizados en todo el mundo. Son demasiadas las que se consumen cada día, y no sólo se encuentran en los vertederos, sino también en las zonas costeras e incluso bajo el agua.
Reciclar la botella de agua e incluso deshacerse de ella correctamente puede parecer una pequeña tarea para una sola persona, pero si todos los que beben su agua en botellas de plástico pudieran hacer lo mismo, podríamos disminuir drásticamente la gravedad de la contaminación por plástico.
Estamos lejos de detener la producción de plástico.
Pero eso no significa que no debamos tomar medidas para ayudar a mejorar la situación. La contaminación por plásticos es tan horrible como la del aire y el agua. De hecho, incluso empeora la contaminación del agua en muchos aspectos y crea un problema mayor.
La única vez que podemos dejar de producir plástico es cuando la gente deja de usarla. Sólo es posible cuando todos se comprometen a vivir con residuos mínimos o nulos. Afortunadamente, cada vez son más los países que encuentran formas de animar a la gente a replantearse su estilo de vida. Cambiar a pañales de tela, pajitas reutilizables, barras de champú, etc. Puede que se consideren pasos de bebé, pero dar un paso pequeño es sin duda mejor que quedarse quieto.